En el 2004 dos apasionados del turismo soñaron con construir un emprendimiento que les permitiera trabajar conjuntamente y brindar experiencias en el territorio a otras personas, pero descubrieron que los limitaba a un espacio y les impedía ser los protagonistas de estas experiencias, sin embargo después de analizarlo mucho decidieron entregarlo a alguien que estuviera más dispuesto a entregar su pasión a la construcción de esta empresa y así llego a su actual propietaria, como regalo de su esposo y aunque nunca pensó en ser una empresaria del turismo, se ha mantenido constante, firme y siempre con una sed infinita de mejorar, adquiriendo constantemente conocimientos que le permitan ofrecer un servicio acogedor y que transmita lo mejor de las tradiciones y valores culturales de la región y de la ciudad mediante una atención cercana para los clientes y donde ella misma y todo su equipo de trabajo están enfocados en ser parte de sus buenas experiencias como una empresa familiar que trabaja a diario por entregar lo mejor de su región.